NUNCA es tarde para cambiar tu vida

A estas alturas ya habréis leído que Vera Nystad, una noruega de 73 años, corrió la Marató de Barcelona en 3h41m y también os sonará el nombre de Ed Whitlock, el mítico canadiense, fallecido hace ahora un año, cuya última proeza consistió en hacer los 42195 metros de la Maratón de Toronto por debajo de las 4 horas con 85 años cumplidos.

Muchos son los records que ostenta Ed, 2:54:48 a los 73 años (única persona en el mundo sub 3 horas en maratón con más de 70 años), 3:04 con 76, 3:15 con 80,…

Pero no son los únicos: Manuel Alonso Domingo, José Vicente Rioseco, Irene Obera…

Si tenéis curiosidad por ver el listado de mejores marcas mundiales de veteranos, perdón, que ya no somos veteranos sino masters, aquí está: List of world records masters athletics

No lo pongo para que os vengáis abajo por no llegar, con muchos años menos, a esas marcas. Tampoco os vengáis arriba y os lo toméis como un reto personal; los que aparecen en el listado son auténticas excepciones, portentos físicos, gente que lleva buscando la EXCELENCIA toda su vida.

Aunque también son ejemplos de amor por el deporte y la vida.

Pero cada vez que leo noticias así, me vienen a la cabeza comentarios del tipo:

«Imanol, yo soy ya mayor para empezar a hacer deporte»

Gente de 40 a 50 años, amigos que por distintas circunstancias no han vuelto a hacer ejercicio físico desde críos, mujeres que no se atreven a dar el primer paso porque no saben qué hacer ni cómo…

Se sorprenderían de hasta dónde son capaces de llegar.

No hablo de que empecemos todos a entrenar como locos día tras días, ni de la necesidad de correr maratones; ni siquiera de que tenga que ser el running nuestro deporte o el medio por el que nos pongamos en marcha. Hablo de que NUNCA ES TARDE para mejorar tu salud y cambiar tu vida.

#QueTusExcusasNoTeAlcancen…¡¡¡CORRE!!!

Comments

  1. Venan

    Hola, yo quisiera contar mi propia experiencia. 50 años, inmerso en un trabajo «mental» terriblemente sedentario, terminar el trabajo exhausto mentalmente me paraba del todo. Resultado, 124kg y un diagnóstico de Diabetes Mellitus tipo II. Eso quiere decir: soy un paciente crónico (para toda la vida) que tiene que medicarse (de momento sólo pastillas) y que debe incorporar a la medicación otras dos prescripciones, alimentación adecuada y ejercicio físico. No sirve sólo tomar pastillas o comer como un canario, o haces las tres cosas o tendrás problemas. Lo más difícil, el ejercicio. Empecé a trotar en una cinta, poco a poco, haciendo «cacos», posteriormente me incorporé a un par de grupos de entrenamiento y cuando el último cesó la actividad, descubrí a Imanol. Me ofrecía algo que nunca había probado, entrenar en Julio y Agosto de 6 a 7 de la mañana. Yo sabía que algunos compañeros lo hacían, pero eran «maratonianos», cómo voy a hacer yo eso. Convencí a mi compañera de entrenamientos y nos apuntamos, la experiencia fue fantástica a pesar del madrugón e intentaré repetirla este verano de nuevo. Al terminar agosto, se formó un grupo por las tardes y desde entonces, entrenamos los martes y jueves, cada uno con sus ritmos y capacidades, mujeres, hombres, jóvenes, mayores, de todo tipo y condición y hemos creado un grupo «social» con sentimientos comunes, lazos que nos unen, empatía, apoyo y motivación. Todo ello con un entrenamiento personalizado que nos va llevando poco a poco a cubrir nuestros objetivos. En 2017 conseguí algo inalcanzable para mi, correr la Santurce-Bilbao y la Las Arenas-Bilbao y mi primera San Silvestre. Un año casi redondo con casi 1000km corridos entre entrenamientos y carreras. Ahora tenemos nuevos objetivos, estamos preparando la que va a ser mi primera media maratón. La haremos en grupo, cada una a su ritmo y la conquistaremos por derecho propio y si todo va bien me gustaría poder hacer esta año la Behobia – San Sebastián, sería un año fenomenal. Y quien sabe, si todo sigue así, en 2019 con 55 años cumplidos igual podemos intentar hacer una maratón como culminación a todo ese esfuerzo. Si no lo conseguimos, no importa ya que mi objetivo es realizar 3-4 sesiones de entrenamiento a la semana. Desde entonces sigo bajando peso, mis analíticas y controles metabólicos son como los de una persona sin enfermedad y eso me permitirá retrasar en lo posible una evolución negativa de esa enfermedad que no se irá, pero permanecerá dormida. Imanol es en parte uno de los pilares en los que se sustenta mi propio tratamiento. Altamente recomendable. Muchas gracias Imanol. Venan.

    1. Imanol Loizaga

      Venan, tu historia es de enmarcar, un ejemplo de que nunca es tarde para cambiar tu vida.
      Esfuerzo, superación, constancia, responsabilidad, sentido común…y muchas más cosas que aportas a ese gran grupo de entrenamiento de #QueTusExcusasNoTeAlcancen.
      A ti no te alcanzan
      Muchas gracias, Venan
      ¡¡¡Seguimos!!!

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