Lo imprescindible en tus entrenamientos de verano

Tenemos nuestros retos, nuestros objetivos y ponemos los medios para lograrlos: entrenamientos, madrugones y muchos kms; esfuerzo, disciplina, seriedad (a veces demasiada), cuidarse con la alimentación, hidratación, las zapas,…

Pero también TENEMOS, especialmente ahora, en verano, nuestra «otra vida», lo que hacemos el resto del día porque sí, aunque, a veces no nos demos cuenta, somos, o deberíamos serlo, personas normales y no todo gira en torno a ritmos, series y carreras.

(De lo normales o no que somos los runners ya hablaremos en otro post, que da para mucho)

Disfrutar de tu gente: familia, amigos, un día de playa, una mañana en el monte, una barbacoa, un poco de vino, trasnochar porque son fiestas o porque, simplemente, hace una noche espectacular, son cosas que, de ninguna de las maneras deberíamos perdernos. Eso es lo realmente importante, los momentos que merecen la pena y que no hay que desperdiciar porque, sencillamente, son irrepetibles.

A pesar de que estés inmerso en la preparación de la maratón de Berlín, de la Marathon du Medoc o de la Robin Hood Marathon de Nottingham (algún día tocará ésta), con tus series, cuestas, tiradas largas y litros y litros de sudor, sabiendo que no quieres perderte ni uno de tus entrenamientos, en ese punto que todos hemos vivido, convencido de que «como me pierda un entreno se viene todo abajo» (totalmente erróneo, por supuesto), hay que conseguir el EQUILIBRIO, no obsesionarse y, si hay que saltarse un entrenamiento, tener presente que no vamos a perjudicar nuestra preparación, sino que, AL CONTRARIO, esa cena con amigos o esa pateada de 6 horas por monte, son cosas que sumarán, y mucho, para la consecución de tu objetivo.

Somos piernas, corazón y cabeza, pero tienen que empujar en la misma dirección.

Marathon du Medoc, septiembre 2013
El año ha sido largo, este invierno especialmente duro y ha costado sobrellevar la rutina del día a día. Enseguida volverá así que ahora entrena fuerte, pero disfruta aún más, aprieta los dientes en el último 400, pero abre la boca para cantar, sueña con tu carrera, pero vive el verano y, sobre todo, vive a tu gente.

Como cantaban Los Rodríguez y sin pretender hacer, ni mucho menos, apología de beber alcohol:

Caiga quien caiga brindo sobre la luz de una vela
Toda la noche brindo y que la mañana venga
No es un momento triste, ya que brindo con amigos

Brindo por el futuro con la noche de testigo

Si alguna vez no brindo siquiera por tonterías
Brindaré con silencio por la fortuna perdida
Brindaré muy en serio por una vez en la vida

Brindo hasta la cirrosis por la vacuna del sida
Desde un rincón del mundo, brindo contigo…¡salud!

#QueTusExcusasNoTeAlcancen

 

 

Comentar