GPSdependientes

Hace unos días surgió un debate muy interesante en las redes sociales sobre los GPS que casi todos (yo también) usamos en nuestros entrenamientos y carreras.

Todo empezó por una entrada en Facebook de Begoña Beristain, atleta popular, periodista y autora del libro «Tú también puedes ser runner», en la que comentaba que para la preparación de sus dos próximas maratones, Nueva York y Sevilla, no iba a valerse de su GPS sino de un simple reloj con cronómetro.

¿La razón? Necesita empezar a conocer, a «sentir» los ritmos a los que entrena y a poder dominarlos. A saber ir constante durante un rodaje, a poder tragar kilómetros sin aceleraciones,  hacer series, cuestas, cambios, interiorizar los ritmos…sin que tenga que ser el cacharrito quien se lo ordene.

A llevar ella el ritmo, pasar a ser quien mande en el entrenamiento, no la máquina.

Hay que decir también, que el culpable de esa decisión soy yo, su entrenador.

¿Y para eso hace falta renunciar a esa herramienta? ¿Qué tiene de malo un GPS? No tiene nada malo per se, al contrario, es muy interesante y tremendamente útil. El problema es que se ve, en general, una dependencia excesiva de ellos; todos los días compruebo que muchos atletas no saben a qué ritmo (más o menos) van, no se percatan de que hacen un km a X, el siguiente aumentan 20» el ritmo y de nuevo reducen 30» el posterior a no ser que vayan constantemente (cons-tan-te-men-te) mirando el dispositivo.

Hay muchos atletas a los que le da igual el ritmo al que van, que corren para disfrutar y el GPS le da información para tener como referencia, saber la ruta que han hecho, no perderse por el monte, etc…¡¡¡PERFECTO!!! Pero cuando se trata de trabajar ritmos, sean cuales sean, si somos GPSdependientes, seguramente lo tendremos mucho más difícil.

¿Y cómo se consigue eso? Como se hecho siempre hasta hace unos pocos años: tomando referencias de paso en puntos ya marcados al hacer rodajes, series en zonas marcadas o en pista…no hay sitio en el mundo que no tenga señalizaciones de todo tipo. Así preparaba yo los maratones, incluso en 2009, cuando hice mi mejor marca, mi acompañante fue un Casio Accelator de 50 laps (el que aparece en la foto), lamentablemente ya descatalogado.

La maratón es una carrera muy larga en la que es importantísimo, clave diría yo, llevar un ritmo constante. Y eso se entrena. ¿Que hay otras formas? Seguramente, pero esta está comprobada durante muchísimos años que es perfectamente válida, pero nos obliga a salir de nuestra zona de confort.

 

Comments

  1. Anartz Mugika

    Yo voy a dar mi punto de vista y es bastante parecido al de Imanol. Hubo un momento en mi vida que tenía una dependencia super preocupante, de tener todo controlado zancada a zancada. Por cosas de la vida, tuve un «parón» (entrenando muy muy poco, en épocas nada) y tuve que empezar de 0.

    Bastante hacía con intentar salir y dar zancadas y el reloj no me ayudaba a que fuera mejor. Por suerte (si, aunque en el momento me cabreé porque era un cacharro que pagué 450 euros 3 meses antes) se me fastidió el GPS y tuve que recurrir a la vieja escuela, a un reloj casio de 10 euros que no tiene ni laps, simplemente un cronometro que llega a una hora y empieza de 0, y a base de correr sin referencias reales (en realidad sabiendo las distancias por donde ando, si quería saberlas me tenía que poner a hacer cálculos y como me daba pereza empecé a «pasar») mejoré muchísimo, me quité esa presión en los entrenamientos y toda ha ido mejor.

    Por desgracia, por temas de salud hay días que no puedo hacer cosas planificadas si no me siento bien y tengo que improvisar.

    Eso si, he aprendido un huevo de mi, se cuando estoy a punto de petar, se ajustar el ritmo sin usar GPS y las carreras las hago sin relojes y casualmente han caido MMPs de manera holgada y lo mejor de todo es que DISFRUTO más a la vez que mejoro. Sigo usando el GPS, pero más que nada una vez a la semana para obtener un poco de información objetiva y en algunos casos para hacer rutas que no conozco.

    Buena decisión Imanol, os deseo mucha suerte, yo estoy seguro que va a ir mejor que controlando todo zancada a zancada (muy extremista este comentario pero es así)

    1. Imanol Loizaga

      Aprendes muchísimo de ti mismo, exactamente. ¿Que también te aprovechas del GPS? Por supuesto, no está reñido con sacarle chispas al aparato.
      En el caso de Begoña le vendrá bien empezara tomar conciencia de cómo va, sentir sus zancadas e interiorizar ritmos.

  2. Venan

    Aún Imanol, yo doy fe de la dependencia del GPS, pero no es culpa de la tecnología en sí, sino de un uso inadecuado de la misma, y eso se consigue aprendiendo a usarla. En mi caso, antes del GPS tuve dependencia del pulsómetro y antes de éste del cuenta-kilómetros/velocímetro de la bicicleta. En el caso de la bici, como te marca la velocidad a la que vas, tú mismo te pones tu tope y cuando ves en pantalla tu ritmo, se convierte en tu techo de cristal. Posteriormente, en las sesiones de spinning, el limitador era la frecuencia cardiaca, te decían que no debías pasar de un % determinado de tu FCMax, pero veías que el resto no le hacían caso y que cuando el monitor pedía un cuarto de vuelta más, tú podías, tu mente podía, tus piernas podían pero tu pulsómetro te decía que no, hasta que dejas de hacerle caso… Con el GPS, pulsómetro, o dispositivo de medida que lleves, lo importante no es el dato en sí que te muestra, sino el análisis posterior de los datos obtenidos y la evolución o histórico. Si yo ayer en mi entrenamiento hubiera hecho caso a mi FCMax, habría hecho sólo un tercio de lo que hice. Al finalizar, sincronizar y analizar mi desempeño, me di cuenta de que a pesar de tener lastimado el pie, de realizar cuestas, … conseguí mejorar mi tiempo promedio (ritmo medio de entrenamiento) manteniendo la distancia media. Yo pensaba que estaba estancado en mi ritmo de 7’30″/km que es el que inconscientemente realizo en mis rodajes, y ayer la media fue de 7’15», una mejora para mí muy motivadora. Algo parecido me pasó en el entrenamiento del lunes, haciendo series de 200 y 400. Nunca hubiera pensado en hacer 200 mts a un ritmo de 5’/km. Seguro que si voy mirando el GPS, mi «techo de cristal» me hubiera autolomitado. Mis entrenadores siempre dicen, escucha a tu cuerpo, y cuando se puede, hay que dejarlo hacer. Hay días buenos y días malos, pero haz y cuando termines, analiza los datos. Lo mismo en una carrera, si la has preparado, el dispositivo te permitirá medir tu desempeño después de ella, pero déjate llevar, deja que el entorno te lleve en volandas y sobre todo, disfruta de ella, Gracias por los consejos Imanol.

    1. Imanol Loizaga

      Así es, la tecnología no es mala, al contrario, el GPS y/o pulsómetro son herramientas buenísimas, para servirnos de ellas, pero, en ningún caso, para ser esclavos de las mismas.
      Hay que conocerse, aprender a qué ritmos y pulsaciones vamos sin tener la necesidad de estar constantemente mirando a nuestra muñeca.
      Analizar los datos al terminar me parece muy acertado, pero ojo, hay algunos a los que no les encuentro mucha utilidad, incluso que inducen a confusión.
      El ritmo medio en un entrenamiento de series, por ejemplo. Si hago miles a 4:00 y recupero 1′ a 6:00 me dará mejor media que si los hago a 3:55 y recupero 1′ a 7:00 y es mejor entrenamiento el segundo.
      Escuchar al cuerpo y conocerse a uno mismo sin dejar de valernos de la tecnología, claro que sí.
      Sigue así, Venan, gracias a ti.

Comentar